jueves, 27 de noviembre de 2008

MAS CORRUPCION CON MAS DERECHOS VULNERADOS

Hace unos días tuve el privilegio de desayunar junto a dos niñas, hermanas ellas, del caserío El Yumbe del distrito de Pacaipampa; Johana y Milena. La primera de doce años de edad y la segunda de siete. Una no estudia y la menor está en el segundo grado de primaria. Cuando pregunté a Johana los motivos por los que no asiste a la escuela, sentenció con una contundente revelación: “Mi papá no quiere que estudie” y tú, quieres estudiar, pregunté, “¿cómo? si no tenemos plata para comprar cuadernos” me respondió. Por su parte, Milena, devoraba el estofado que estaba en la mesa con un gusto inigualable y a cada pregunta que le hacía sólo atinaba a reír y mirar a su hermana. En fin, terminamos de desayunar y nos despedimos después de comprometernos a volvernos a ver en su caserío en unos días. El desayuno resultó todo un privilegio debido a que no es fácil conseguir que dos niñas, un poco tímidas, se sienten a comer con un desconocido. Sin embargo, me llenó de preocupación que el papá de estas niñas no quiera que estudien; ¿puede haber padres en pleno siglo XXI, el siglo del conocimiento y la información, que no quieran que sus hijos estudien? Me costaba creerlo. ¿O es que detrás de esa respuesta, en realidad, lo que sucede es que los ingresos del papá no alcanzan para garantizar el derecho a la educación que tienen sus hijas? En este caso, no es que no quiera enviarlas a la escuela, sino que sencillamente no puede. Todos sabemos que por más que nuestra constitución en su artículo 17 señale que la educación inicial, primaria y secundaria son obligatorias, que en las instituciones del Estado la educación es gratuita y que este mismos Estado garantiza el derecho a educarse gratuitamente en las universidades a aquellos alumnos que mantengan un rendimiento satisfactorio y no cuenten con recursos para cubrir los costos de educación, es sencillamente un engaño. La educación en el Perú cuesta y quien no tiene plata sencillamente está impedido de educarse, mucho menos de asistir a una universidad pública en la que no sabe cuando empezará a estudiar o si algún día terminará su carrera.

Asi como el derecho a la educación de estas dos niñas está claramente violado, también hay otros derechos que están siendo gravemente vulnerados que nos demuestran que para el Estado, la persona humana y el respeto de su dignidad ha dejado de ser el fin supremo. Por el contrario, el Estado se ha convertido en el protector del bolsillo de unos cuantos que no dudan en saquearlo, en el cómplice de empresas que no cumplen sus contratos y sencillamente realizan trabajos de pésima calidad que inundan el país con obras mal hechas, inconclusas y sobrevaloradas.

Casos como el de estas hermanitas son muy comunes en nuestra región que no debemos dejar pasar por alto, sobre todo quienes dirigen los destinos de nuestros pueblos. Por el contrario, deben ser movilizadores del cambio que necesita dar el Estado para cumplir su deber de garantizar la plena vigencia de los derechos de las personas, dar seguridad y promover el bienestar general que como señala la constitución, se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y equilibrado de la nación. En definitiva, el desafío está en dejar de ver al Estado como la caja chica de quienes están momentáneamente en el poder o el espacio al que necesito llegar para salir de los apuros económicos, aunque esto suponga negar los derechos fundamentales a Johana y Milena. Para lograrlo, se necesita sancionar efectivamente a quienes desvían los recursos del tesoro público hacia sus propios bolsillos, lo contrario, permitirá la continuidad del saqueo.

lunes, 27 de octubre de 2008

MÁS CORRUPCIÓN MÁS POBREZA


Publicado en diario El Tiempo, domingo 26 de octubre del 2008.


En esta semana, acabo de tener un taller con dirigentes y autoridades de la Microcuenca de Palo Blanco en el distrito de Pacaipampa. Palo Blanco, es una de las ocho microcuencas con las que cuenta dicho distrito y está a una distancia aproximada de cincuenta kilómetros de su capital, en medio de los hermosos páramos andinos. El taller tenía como finalidad socializar con los dirigentes, autoridades y pueblo en general de dichos sectores, el Sistema de Participación Ciudadana que la Municipalidad, conjuntamente con CIPCA, vienen impulsando para lograr involucrar a la población en la toma de decisiones, es decir, en la gestión de su propio desarrollo. La tarea no es nada fácil, pero si muy afín con los derechos políticos de cada una de los ciudadanos de esa zona de nuestra región y que sin duda permitirá vigilar y optimizar el mejor uso de los recursos del gobierno local

Junto a la riqueza que significo el compartir con los campesinos y campesinas de esta parte del territorio, fue muy gratificante encontrar expresiones concretas de honestidad. Gestos concretos de este valor que está muy ausente en el actuar de muchos líderes de nuestra clase política. La praxis de la honestidad es, sin duda, un elemento que diferencia a muchos políticos de los ciudadanos y ciudadanas de esta serranía. Fue precisamente esta honestidad la que llevó a una de las campesinas a reconocer su tardanza y por ende, a no exigir su almuerzo; fue esta honestidad la que hizo desistir a dos campesinos el aceptar ser presidentes del Comité de Desarrollo de la Microcuenca por estar ocupados en otras “cositas”. En fin, fue la honestidad la que impulsó a otros cuatro campesinos a aceptar sus limitaciones, no como desgracia personal, sino como un derecho que el Estado les ha negado: el derecho a la educación.

Por otro lado, el contacto con este pueblo serrano, confirmó el divorcio de nuestra clase política con los pobres del Perú. Una pobreza que interpela, desafía y lástima hasta el fondo del alma. Precisamente, el encuentro con este pueblo sufriente es el que hace falta a nuestras autoridades para que dejen de estar preocupadas por meter zancadilla a quien está en el bando opuesto; para que superen la práctica del simple discurso sin nada de acción; para que dejen de influir a favor de las grandes empresas, de amigos y familiares y apuesten, efectivamente, por estos rostros sufrientes que, desde muchos siglos atrás, les siguen negando sus legítimos derechos elementales. Frente a ellos la palabras sobran, la corrupción que campea en el Perú es sencillamente una traición a nuestra propia humanidad y a este pueblo, que a pesar de su pobreza, no duda en darnos lecciones de honestidad.

Al finalizar el taller, una abuelita nos saluda muy amablemente y nos pregunta con cierto temor: “¿No tendrán alguna pastillita para la gripe?” Nuestra respuesta fue con otra pregunta “¿qué le pasa?” “No, no es para mi” nos responde, “es para mi chinita que está enfermita”. A su costado está una niña de cuatro a cinco años de edad, abrigada con una chompa, con un sombrero multicolor en su diminuta cabeza, unas baquetas llenas de lodo en sus pies y con una tos con flema que, junto a su débil mirada, nos indicaban la fuerte gripe de la que es víctima. “La posta está cerrada y mi chinita esta muy enfermita” nos replica. Estos cuadros se repiten a cada momento, pero quienes fueron elegidos para solucionar esta problemática que agobia a esta anciana y dar salud a esta niña prefieren pensar en ganarse cien mil soles aceitando gente o ponerse de acuerdo en cómo adueñarse de los gastos operativos. Frente a estos casos nadie dice nada, pero si se organizan movilizaciones para pedir libertar de quien dañó la honra de otra persona. En definitiva, la corrupción que se ha metido en los estamentos del estado no permite que los pobres estén en la agenda nacional y solo se acuerden de él cuando se desea continuar saqueando el erario nacional; a más corrupción más pobreza.

Precisamente la miseria de nuestra gente es la que debe movilizarnos, a cada ciudadano y ciudadana, a luchar contra esa podredumbre que se ha instalado en muchas instancias de la administración pública y que termina robando el pan y la pastilla que esta niña necesita. Esto no puede seguir.

jueves, 16 de octubre de 2008

PEDIR AYUDA ES TAMBIEN DE HOMBRES

Para nosotros los varones,
superar nuestra violencia sin pedir ayuda
es como el sueño de aquel que pretende llegar a la azotea
sin hacer uso de las escaleras.
¿Pedir ayuda? ¿Qué es eso? ¿Es una broma verdad? Son preguntas que quizá surjan en los varones que leemos esta frase acostumbrados a considerarnos autosuficientes, superiores, los que no necesitan nada ni a nadie, aquellos que cuando caemos rehusamos la mano del amigo/a con el siempre presente, tajante y cínico “no es para tanto” a pesar que la necesitemos. Pues si hay algo que la masculinidad hegemónica nos ha inculcado es que ser hombre es salir siempre airoso de cualquier situación que se nos presenta por nosotros mismo, si ayuda de nadie.

Pero ¿por qué a nosotros los varones nos cuesta pedir ayuda? ¿qué es lo que está detrás de esa negativa?. En ello, mucho tiene que ver la construcción social de nuestra masculinidad. Desde niños hemos sido educados para resistir y salir airosos de cualquier situación. Ejemplos clásicos de ello es que cuando un bebe varón cae al suelo el “déjalo que se pare”, “acaso no es hombre” se presentan inmediatamente. A diferencia de la mujer, hemos sido educados para ser rudos, fuertes, toscos, incluso groseros, lo que en el fondo supone el valernos por nosotros mismos lo que provoca que la ayuda sea una cosa ajena a nosotros, mucho menos si esa ayuda viene de una mujer o de una persona a quien nosotros consideramos inferior.

El pedir ayuda en nuestra cultura se ha convertido en un signo de debilidad, contrario a lo que la masculinidad hegemónica considera como atribuciones masculinas: fuerte. Pero este rehusar la ayuda, hace de nosotros los varones seres aislados, nos lleva ahogarnos en un mar de dolor y por sobre todo perder la gran maravilla de compartir y recibir sugerencias para el cambio, superación y por ende para nuestra realización personal. Las veces que comunicamos problemas, no lo hacemos con el afán de ser ayudados sino simplemente como una manera de desfogar lo que llevamos dentro o lo que es peor, con el afán de demostrar que a pesar de ello nos mantenemos inalterables, imperturbables; Nos las podemos arreglar solos.

En el caso de la violencia familiar, que mayoritariamente es ejercida del varón hacia la mujer, la negativa de los varones a buscar ayuda para superar su violencia se hace evidente. Creen que ellos, por si solos van a cambiar de ahí que es común encontrar en varones que violentan a sus esposas he hijos un auto compromisos de “ya no lo volveré hacer”, sin embargo vuelven a ejercerla y el compromiso hecho es dejado de lado. Por ello, es importante señalar que, pedir ayuda es también de hombres, es de humanos dada nuestra condición de seres inacabados, seres en camino hacia... y que mejor que este caminar sea de la mano con nuestros/as coetáneos/as. Pedir ayuda, no es perder, no es mostrar debilidad, sino algo común a todas las personas. Al contrario, el pedir ayuda se convierte en la gran oportunidad que se nos presenta a los varones para crecer, desarrollarnos y en el caso de nuestra violencia doméstica como la única, mejor e ineludible vía para superarla; pedir ayuda es también de hombres.

Sin embargo, es importnte que la ayuda que los varones necesitan para superar su violencia tiene que estar libre de complicidades. Es muy común encontrar casos en los que, lejos de ayudar a superar la violencia, la agravan, la legitiman, he incluso, inconscientemente, la incentiva debido a que quien brinda la ayuda comparte ideas y creencias que la alientan y culpabilizan a la mujer como la causante de la violencia que se ejerce sobre ella. La ayuda a quien ejerce violencia doméstica sólo será eficiente y eficaz si viene de quien o quienes han pasado o están pasando por un proceso de superación de su propia violencia; por un proceso de desconstrución de sus propias creencias y valores que incitan a la violencia.

martes, 30 de septiembre de 2008

ESTILOS DE RESOLVER LOS CONFLICTOS

Los conflictos, aquellas situaciones en las que una persona percibe que otra la ha afectado de manera negativa en algo que ella estima, son parte de nuestra vida. Están presentes en las relaciones familiares, en el trabajo, en la escuela y en cualquier espacio donde esté presente el ser humano, son parte de su naturaleza. Pero si bien, la existencia del conflicto es natural, su resolución no cuenta con una receta definida, si no que ante una misma situación conflictiva, las personas actuamos de diversa forma: discutir, pelear, hablar, quedarnos callados, salir corriendo, etc. Lo forma de responder nos es la misma, cada uno/a maneja su estilo al momento de enfrentar los conflictos.

Los estilos podemos agruparlos en tres bloques: de escape, de lucha o competencia y de resolución. Entre los estilos de escape identificamos a quienes buscan negar el conflicto, es decir aparentar que todo está bien a pesar de saber que algo anda mal, no atreverse a decir nada. Por otro lado está el estilo de quienes optan por evitar y se escudan en frases como “hoy no tengo tiempo, mañana conversamos” “es mejor no hacerse problemas” “las cosas no marchan bien, pero pueden ser peor”. Un tercer estilos de escape es el acomodarse y ajustar nuestras opiniones, deseos y comportamientos a las expectativas del otro, a pesar de estar en desacuerdo con él. Como vemos, cada uno de los estilos de escape mantienen latente el conflicto, sin embargo, hay momentos que es oportuno hacer uso de ello, sobre todo cuando el móvil del conflicto es algo de poca importancia para una de las partes.

En relación al bloque de lucha o competencia, en la que la persona busca querer ganar siempre, encontramos el estilo arrogante en la que desmerecemos o rebajamos a una de la partes a través de observaciones u comentarios denigrantes y sutiles: “qué se puede esperar de una persona como ella, sin educación” “para que perder el tiempo contigo” o “no te da el pelo”, etc. Otro es el estilo de batalla en el que nos manejamos por la creencia que siempre tenemos la razón y por ende hay que ganar ya que partimos de la premisa que en un conflicto siempre hay ganadores y perdedores. Con ambos estilos podemos creer que hemos resuelto el conflicto, sin embargo, no resulta así, estará latente debido a que una parte quedará insatisfecha. Sin embargo, hay situaciones en la que es pertinente hacer uso de estos estilos, sobre todo cuando está en juego la dignidad y los derechos de las personas.

Finalmente, tenemos los estilos de resolución. Entre ellos encontramos la negociación mediante la cual buscamos un punto medio en el que por los menos parte de los intereses sean atendidos. Por otro lado está el estilo de colaboración mediante el cual buscamos encontrar una solución que satisfaga los intereses y necesidades de ambas partes. Ambos estilos suponen un desafío a la creatividad y resultan cuando cada persona reconoce lo que es significativo y cede en lo que es menos importante.

Cada uno de estos estilos tienen que ir acompañados de ciertas actitudes y habilidades que favorecen la resolución de los conflictos, como: Habilidad de escucha, comprensión de las razones y sentimientos de la otra parte, expresión de opiniones y sentimientos con claridad y veracidad, objetividad al dar opiniones y críticas a los otros, apertura frente a las opiniones y puntos de vista de los otros y algo que es fundamental, atacar el problema y nunca a la persona. De esta manera, la resolución de los conflictos implica toda una pedagogía del diálogo y comunicación asertiva en la que nuestras palabras y acciones demuestran respeto por nuestra persona y por la de los demás, que permite comunicar nuestras necesidades, sentimientos y deseos, sin violar o abusar los derechos de los demás. Hay que buscar ser durísimos con el problema pero muy cariñosos con las personas y en función a ello elegir un estilo para enfrentar nuestros conflictos.

DEMOCRACIA, TAREA PENDIENTE


En julio, una encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú mostraba que el 64% de los entrevistados se siente insatisfecho o muy insatisfecho con la democracia y solo el 35% estaba muy satisfecho o satisfecho. Sin embargo y pese a este elevado porcentaje de insatisfacción, es muy sugerente que un 62% cree que la democracia es la mejor forma de gobierno. Por otro lado, es cada vez más creciente el número de peruanos/as que les da lo mismo cualquier forma de gobierno o que en ciertas ocasiones es aceptable un gobierno no democrático. Estas cifras nos muestran que la democracia, el pueblo autogobernándose, está en crisis y que aún no ha terminado de hacer asidero en las actitudes tanto de los gobernantes y gobernados. Estos últimos ven vulnerados sus derechos en la medida que la desigualdad, pobreza y exclusión ha crecido. La democracia, lejos de ser un estilo de vida, se ha convertido en un asistir a las urnas, cada cuatro o cinco años, obligados por criterios como el que tengo que cumplir y no hacerse merecedor de una multa que ya de por si contradice uno de los principios fundamentales de la democracia: la libertad. En definitiva, la democracia se ha convertido, para muchos peruanos y peruanas en una cuestión ajena que hace referencia a terceros la responsabilidad de asumirla.

Así como a nivel de ciudadanos se ve una crisis frente al entendimiento de la democracia, a nivel de representantes el panorama es similar. A este nivel, también se presentan características que traicionan los principios democráticos. Muchos de los elegidos la entienden como posibilidad de hacer lo que deseen, incluso traicionar el compromiso por el que fueron electos y le “sacan la vuelta” a la voluntad popular. Vivimos una avalancha de tránsfugas que traiciona, no solo la voluntad popular, sino también los propios principios del partido o movimiento por el que fueron elegidos. Junto al transfugismo existe una práctica más escandalosa y repudiable: los casos de autoridades electas que anteponen sus intereses personales y familiares a los intereses del pueblo que los eligió. La democracia es utilizada para alcanzar el beneficio exclusivamente personal antes que el bien común.

Estos comportamientos han dado como resultado la fragilidad del sistema democrático que, como muy bien señala José Nun, nos muestra una “una gran desigualdad unida a una gran pobreza y a una gran polarización”. Características que no son ajenas a nuestro país en el que, siguiendo a Nun, se presenta como una sociedad de 60, 30 y 10, es decir, donde el 20% más rico se apropia del 60% del total de los ingresos, el 40% del 30% y el restante 40% más pobre sólo se apropia del 10% de los ingresos del país.

Dada esta situación es importante plantear estrategias que contribuyan a revertir la infidelidad a los principios y valores democráticos. Una primera consideración al respecto está en la importancia que tenemos que dar a fortalecer la participación ciudadana, es decir, el involucrar a la población en la toma de decisiones públicas y vigilar su efectivo cumplimiento. De aquí surge la necesidad de una propuesta pedagógica que generar capacidades y habilidades para la participación ciudadana a tal punto que, como muy bien señala Nelson Manrique, supere la existencia de una república sin ciudadanos, donde una minoría se siente la encarnación de la nación y con el derecho de excluir a las grandes mayorías, consideradas ajenas al país, en una flagrante contradicción con el ideario democrático consagrado en sucesivas constituciones.

Por otro lado, es fundamental hacer realidad, de forma decidida, la descentralización en el país ya que parafraseando a Fernando Tuesta “la precariedad de la democracia en el Perú tiene una relación profunda con el centralismo. El proceso de constitución del Perú como nación se ha realizado en torno a un patrón de desarrollo desigual que concentra los recursos económicos y humanos en determinadas ciudades de litoral, subdesarro­llando su entorno inmediato. Este proceso ha llegado a su extremo en Lima, que es donde terminan todos los circuitos de poder, económico, político y simbólico. No se trata sólo de que existe una distribución inequitativa de los recursos económicos y humanos. El problema fundamental es la existencia de un patrón de desarrollo que lleva las desigualdades al extremo”.

Una tercera propuesta para la consolidación de la democracia en el país es la apuesta por superar patrones culturales de discriminación y racismo. Es muy fuerte la desvaloración del conciudadano por cuestión de color, origen, economía, etc, que ha fragmentado al Perú, y a internalizado la denominada sociedad estamental, donde se cree que cada uno tiene su lugar y donde la movilidad social no es legítima. Aquí hay una tarea pendiente que muy bien haríamos en prestar más atención mediante programas de sensibilización y la consolidación de una legislación acorde a la pluralidad y la diversidad del Perú.

Es importante señalar, siguiendo a Tuesta que “los lineamientos aquí señalados podrán ponerse en práctica sólo si existe una voluntad política para realizar el cambio”. Recordar también que “no existe comunidad política democrática en donde las reglas de juego no sean estables y respetadas” buscando ajustarlas a intereses individuales, característica muy común en nuestro país. Por ello, nuestra propuesta pasa por advertir a la ciudadanía que evadir el compromiso con los principios democráticos, es sencillamente renunciar al proyecto de un país libre de pobreza, exclusión y polarización que anhelamos. Aquí, definitivamente hay una tarea pendiente que no puede esperar.

lunes, 8 de septiembre de 2008

MIEDO Y DOLOR EN LAS CALLES


La sangre se enfrió cuando leí en los diarios que, de un balazo en la cabeza, habían liquidado la vida de un niño de tan solo un año de nacido. La primera impresión, sin duda, fue de horror, seguido de expresiones de impotencia; ¿hasta dónde puede llegar la salvajada del ser humano?, ¿hasta dónde somos capaces de convertirnos en nuestros propios carniceros?. La violencia en Piura y en el país se está desbordando y tomando niveles muy altos. Al respecto, el Centro de Emergencia Mujer nos informaba que hasta junio del presente se habían registrado más de 130 casos de denuncias de violencia familiar. Por otro lado, si damos una mirada a lo que reportan los diarios, las primeras planas están copadas de asesinatos, violaciones, secuestros, enfrentamientos, robos, suicidios, que se incrementan cada día. En definitiva, tenemos una sociedad que está convirtiendo, siendo un poco optimista, la violencia en su modo de vida, la tiene a flor de piel. Hay dolor y terror en las familias, en las calles, en los barrios y en la sociedad. Con este panorama es imposible que podamos avanzar, pues resulta doblemente difícil progresar y hacer realidad las condiciones para una vida digna de todos y todas.

La violencia social a la que asistimos no es gratuita ni tampoco podemos atribuirla a causas biológicas. Los factores que la generan son varios. Uno de los fundamentales es lo que denominamos la exclusión social de la que son víctimas miles y miles de peruanos y peruanas a lo largo y ancho de nuestro país. Poblaciones enteras que están al margen de lo que sucede en el país y no reciben beneficios por parte del Estado. Baste recorrer nuestros asentamientos humanos de Piura y Castilla para darnos cuenta de ello; lugares sin servicios de agua, luz ni desagüe, familias enteras viviendo en medio de cuatro esteras, niños desnutridos y obligados a trabajar, jóvenes sin lugares para su sano esparcimiento y sin posibilidad de emplearse o educarse adecuadamente. En fin, la situación de exclusión y marginalidad de la que son víctimas ha calado tan fuerte que, algunos, han terminado por creer que han nacido determinados a ser pobres y que la causa por la que lo son, son ellos mismos.

Por otro lado no debemos olvidar lo que la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) señalaba en su informe “que toda una generación de niños y jóvenes ha visto truncada o empobrecida su formación escolar y universitaria como resultado del conflicto”. No cabe duda que muchos de los jóvenes de hoy son hijos del periodo de violencia que vivió el país por 20 años y como lo señala el informe, esta violencia “intensificó hasta niveles insoportables el miedo y la desconfianza, que a su vez contribuyeron a fragmentar y atomizar la sociedad. En esas condiciones, el sufrimiento extremo ha causado resentimiento y ha teñido de recelo y violencia la convivencia social y las relaciones interpersonales”. La herida de la violencia política sigue abierta y las secuelas “pesan como una grave hipoteca sobre nuestro futuro y afectan decisivamente nuestra construcción como comunidad nacional de ciudadanos libres e iguales en un país democrático y plural, que avance por el camino del desarrollo y la equidad”. De ahí que el Estado no puede evadir las recomendaciones de la CVR, por el contrario, su implementación se hace cada día más urgente, pues, si bien hoy no se destruyen antenas, no hay coches bombas esperando en las calles, si hay miedo, dolor, desconfianza, inseguridad, desesperación. Quizá esto no lo sientan quienes viven rodeados de toda un contingente de seguridad, pero si aquellos que viven en el lugar mismo donde se sucede la violencia social, quienes tiene que andar “a cuatro ojos” para no ser asaltados o dejados tirados en la pista de un tiro en la cabeza como le sucedió al pequeño Diego.

miércoles, 27 de agosto de 2008

HOMBRES QUE RENUNCIAN A SU VIOLENCIA


Muchas varones no nos reconocemos como sujetos que ejercemos violencia en nuestro hogar: “Nunca le he pegado a mi esposa” dicen unos, “en mi casa todo marcha tranquilo, llevamos la fiesta en paz” aluden otros. Otros por el contrario, reconocen haber ejercido alguna vez violencia pero, a su entender, es cosa del pasado, “actualmente he superado mi violencia” y un buen grupo alude que la violenta es de la mujer pues ella empieza con sus gritos no dejándoles ninguna opción para calmarla que “obligándolos a meterle su chiquita” En cada uno de estos casos, lo que habría que preguntarnos es a qué llamamos violencia o que acciones y actitudes consideramos como violentas y porqué es que nuestra pareja “nos provoca”.

Violencia no es solo presencia de golpes o maltrato físico. La violencia es el ejercicio del poder mediante el uso de la fuerza que puede ser física, sexual, verbal, emocional, económica, que afecta de manera negativa la integridad física o psicológica de la otra persona o de una colectividad. La violencia busca dañar emocionalmente a la persona, porque la desgasta y le quita su poder de sobrevivir, para que exista se tiene que dar un desnivel de poder entre quien ejerce la violencia y quien es violentado/a, de arriba hacia abajo, es decir se tienen que dar condiciones de posibilidad.

La violencia tenemos que diferenciarla de la agresividad. Esta última es un recurso instintivo de todo ser vivo que le permite preservar la vida, resistir o enfrentar un medio adverso que le impide satisfacer sus necesidades básicas, es por ello que cuando decimos que es la mujer la que nos “provoca”, en realidad lo que ella está demostrando es su agresividad, ese instinto que reclama la satisfacción de una necesidad vital: afecto, libertad, cariño, consideración, respeto, alimento. En cambio la violencia no solo representa un conjunto de agresiones, por más que produzca daño físico o psicológico a quien lo recibe, sino que estas agresiones tienen una intencionalidad, la de controlar, intimidar y someter al otro.

Las causas de la violencia son varias y variadas entre las que podemos mencionar la gama de creencias y mitos que se han construida en la sociedad respecto a varones y mujeres. Creencias como aquella que el varón es superior a la mujer y la mujer es propiedad del varón contribuye a que muchos varones lleguen a creer que pueden hacer con ella lo que quieran, incluso violentarla. Esta “superioridad” ha llevado al varón a estar siempre a la defensiva, de ahí que cada vez que se presenta diferencias entre él y la mujer, la única manera de hacer “respetar su superioridad” es mediante la violencia.

Por otro lado está la construcción social de la masculinidad que le ha llevado a reprimir determinados sentimientos naturales en él y reforzar otros que a la mujer le son negados. Así nos encontramos que los sentimientos permitidos para los varones son la ira y la hostilidad. No les está permitido socialmente tener miedo, dolor, afecto, vergüenza, ternura, deseo de ser protegido pues la sociedad ha destinado estos como exclusivos de la mujer. Entonces cuando se presentan estos sentimientos que son muy naturales en el ser humano, los varones los reprimimos y muchas veces los confundimos y expresamos a través de aquellos permitidos o a través del ejercicio de la violencia.

Desde esta visión tenemos que preguntarnos: ¿Es posible no usar la violencia, incluyendo la emocional, en una sociedad machista y que discrimina a la mujer?. Desde el Programa de Hombres que Renuncian a su Violencia (PHRSV) decimos que si es posible, pues la violencia no es algo biológico, natural al ser humano, por el contrario la hemos aprendido y quienes la ejercen no hacen más que replicar aprendizajes inculcados desde la niñez a través del ejemplo de sus padres y de la sociedad en su conjunto. Entonces lo que tenemos que hacer es empezar a desaprenderla y cambiar nuestro estilo de ser varones. Este cambio pasa en primer lugar por que nosotros los varones reconozcamos que ejercemos violencia y responsabilizarnos de ella. Pasa por entender y comprometernos en aprender a resolver nuestros conflictos de manera no violenta y por sobre todo pasa por que renunciemos a nuestra posición de autoridad y privilegios que tenemos los varones por actitudes igualitarias entre varones y mujeres, en fidelidad a nuestros sentimientos y no según la construcción que la sociedad ha hecho de nuestra masculinidad. En definitiva, se trata de ser menos hombres, más humanos.

jueves, 14 de agosto de 2008

JOVENES EMPRENDEDORES



Piura se caracteriza por ser una de las regiones más ricas del país en recursos naturales. Destacan abundantes especies marinas en nuestro litoral, bosques secos, de montaña y neblina a lo largo de sus 35, 892.49 km2. Hermosas playas en la costa, misteriosas lagunas en la sierra, una variada fauna sobre un rico suelo que es irrigado por vertientes de agua que se deslizan desde las alturas y que tiene condiciones óptimas para la producción de especies tan reconocidas a nivel nacional e internacional: mango, limón, papaya, cacao, granadilla, lúcuma, banano orgánico, café, etc. Es precisamente la riqueza del suelo piurano que, sumado a las favorables condiciones climáticas, ha motivado a muchos campesinos a apostar por la llamada reconversión productiva; incorporación de nuevos cultivos con nuevas formas y estilos de producción. En definitiva, nuestra región es una gran suma de potencialidades y posibilidades a nivel de recursos naturales, que sumados a la delicia de nuestra cocina la hacen atractiva y apta para gente emprendedora. Gente con nueva visión y desde luego, entre ellos, mi apuesta es por los y las jóvenes de la región uno de los sectores más afectados por el desempleo y la pobreza y que muy bien pueden aprovechar estas potencialidades para revertir su situación.
Pero, ¿qué significa o como identificar a un emprendedor?. Lo primero que habría que señalar es que un/a emprendedor/a se diferencia del conformista, aquel que prefiere esperar conseguir “alguito”, “esperar” que alguien le ofrezca algo, le den la oportunidad para no dejarla pasar. Lamentablemente, muchos de nuestros/as jóvenes han sido o están siendo formados con esta tendencia. Por el contrario, el emprendedor es aquel que asume determinadas actitudes al momento diseñar su estrategia para conseguir ingresos y satisfacer sus necesidades. A continuación algunas.

- Desarrolla sus capacidades para percibir las tendencias actuales. Es decir, invertir en capital conocimiento e información para lo cual aprovecha los diversos espacios que existen (talleres, fórum, cursos, conferencias, etc) de forma que se provee de conocimientos e información necesarios para poder advertir e interpretar los procesos locales, nacionales y globales en el ámbito social, económico y político.

- Fruto de su inversión en conocimiento e información, es la capacidad para identificar las oportunidades que el entorno y contorno le ofrecen para hacerse de ellas y por ende generar sus ingresos.

- Iniciativa para asumir riesgos. Hacer frente a la adversidad y no amilanarse ante ella. Arriesgar, no como sinónimo de irresponsabilidad si no como acto de confianza en sus capacidades y habilidades que le permiten asegurar el éxito. No dejar de hacer algo por temor a fracasar, por el contrario, tener seguridad que se van alcanzar las metas propuestas.

- Crea empresa propia. Supera el conformismo que se mencionaba arriba y opta por generar su propio negocio, considerando que cualquier iniciativa empresarial de su parte, bajo las condiciones en las que se encuentra, de ninguna manera podrá ser llamado pequeño negocio sino, por el contrario, gran empresa de un genial emprendedor/a.
Por tanto, creo que no equivocarme en afirmar que Piura es para los y las jóvenes emprendedores/as que no dudan en plantear iniciativas innovadores en el aprovechamiento sostenible de sus inmensas potencialidades.

MAESTRO FORJADOR DE HUMANIDAD


En una ocasión facilité un taller a maestros/as sobre un tema, de por si, desafiante: Resolución de Conflictos. En dicho evento, lo primero que salto a la vista fueron las “broncas” a flor de piel entre los y las docentes. Lo lamentable de todo fue que la gran mayoría de ellos/as creían que no había solución alguna a las diferencias o “malos entendidos” que se daban. Por otro lado, un reducido número no dudaban en agotar esfuerzos para contribuir en la superación de estos conflictos. Precisamente, el taller, estaba convocado en este marco. Pero este esfuerzo, se percibía como una afrenta por parte de los que en este tipo de problemas solemos denominar los “santurrones”. En definitiva, el panorama mostraba claramente las actitudes poco asertivas de maestros/as para el manejo de sus conflictos que, sin duda, afecta, tanto su rendimiento académico como el aprovechamiento óptimo por parte de los alumnos/as.

Situaciones como esta, es común encontrarlas en otras Instituciones Educativas. Ante ello, me permito precisar, siguiendo a un prototipo de la Educación Chilena, la poeta, Gabriela Mistral, algunos principios claves que determinarán, por el lado del maestro, la calidad y eficacia de los conocimientos que trasmite y asegurar, en definitiva, el desarrollo humano de niños/as, adolescentes, jóvenes, así como la realización humana del propio docente.

Una de las primeras consideraciones fundamentales para Mistral es que el y la docente debe caracterizarse por su infinito AMOR hacia quien enseña, que la lleva a concluir: si no puedes amar mucho no enseñes a niños/as. Le sigue a este criterio aquel que apuesta por “SIMPLIFICAR las cosas pero sin restarle esencia”, sin duda, una cualidad que tiene relación directa con el desarrollo de metodologías para trasmitir conocimientos, pero sin complicar, innecesariamente, la vida de los/as alumnos/as.

Una tercera consideración hace referencia a la INSISTENCIA, repetir como la naturaleza repite las especies hasta alcanzar la perfección, es decir, insiste las veces que sea necesario a fin de alcanzar los resultados esperados. Pero la exigencia del insistir tiene que ir acompañada con una enseñanza con intención de HERMOSURA, porque la hermosura es madre.

Sin duda que para ser un maestro/a de la excelencia, una actitud fundamental es ser FERVOROSO/A y llevar fuego en el corazón que permita encender lámparas. Esto hará posible la sexta característica de un maestro/a excelente: VIVIFICAR LA CLASE de tal manera que cada lección sea viva como un ser, a igual que los alumnos/as. Por otro lado, es fundamental recordar aquel principio filosófico que nadie da lo que no tiene, por ello el CULTIVARSE es de suma importante, solo ello permitirá dar en la medida que se tiene; da mucho quien mucho tiene. Si a este le sumamos el recordar siempre que el oficio de maestro/a es ante todo un SERVICIO divino que buscar contribuir al desarrollo íntegro de la persona y de ninguna manera considerarlo solo y únicamente como una simple mercancía,

Sin duda que para alcanzar todos estos criterios, el maestro/a tiene que tener una apuesta por la reflexión, mirar ANTES su corazón, ver si está puro antes de cada lección, con la firme convicción de PENSAR que es Dios, para aquellos que creemos, o la fidelidad a la razón, a la dignidad humana y al conocimiento, para quienes no creen en El, quien los ha colocado en tan alto privilegio de crear el mundo de mañana.

No cabe duda que al interior del magisterio hay mucho por hacer para revertir y/o manejar situaciones como la señalada al inicio. Frente a ellas, no debemos ser pesimistas y pensar que no hay alternativas para superarla. Por el contrario, si las hay y sería un paso gigante si se toma la firme decisión de asumir los diez criterios que nos propone la ganadora del premio Nóbel de literatura en 1945 y sin duda alcanzar plenitud en aquello que hacemos: forjadores de humanidad.


Artículo publicado en Diario El Tiempo, 03 de agosto del 2008.

lunes, 12 de mayo de 2008

ALERTA JUVENTUD

Hace pocos días, un diario capitalino daba cuenta de una manifestación de ciudadanos/as, en horas de la noche, a las afueras de un canal de televisión en momentos que el autor del: “Perro del hortelano” era entrevistado. El diario llamaba la atención sobre esta significativa manifestación, resaltando el hecho que gran parte de los/as protagonistas eran jóvenes. Efectivamente, ellos/as, rompiendo el miedo que el Gobierno busca meternos por todos lados, no dudaban en expresar su rechazo a la cada vez más marcada actitud autoritaria del Sr. García como buscando recordarle, además, que fue precisamente la fuerza juvenil quien no dudó en dar la cara, hacerle frente y posteriormente acabar con la dictadura del ahora sentenciado ex dictador Alberto Fujimori.

Por otro lado, en nuestra región, un grupo de jóvenes ayabaquinos y de otras partes de Piura, se preparan para salir a las calles en aras de sensibilizar a los piuranos/as que desconocen el conflicto en torno a la empresa minera Majaz y las comunidades alto andinas. Esto no tendría nada de raro si no fuera porque el gobierno central ha catalogado de terroristas, caviares, opositores al desarrollo, trasnochados, falsos cristos a quienes apuestan por la conservación y desarrollo del ambiente de manera sostenible. Incluso, bajo la responsabilidad de organizaciones fantasmas han sido denunciados más de treinta dirigentes que participaron en la consulta vecinal del pasado 16 de septiembre, acusándolos de terroristas. La estrategia del miedo y la represión toma fuerza en este gobierno para poder justificar su autoritarismo en aras, dis, que del desarrollo del país. ¿No será acaso que, con ese miedo, lo único que se busca es proteger y beneficiar a los grandes capitales de la empresa privada? Pero si hay algo que caracteriza a los jóvenes es su creciente convicción ciudadana que los obliga a enfrentar la intolerancia, la dictadura, el autoritarismo. Desde las tribunas juveniles, debemos estar atentos para preservar nuestra democracia que tanto nos costó recuperar a inicios del nuevo siglo y en la que el Sr. García brilló por su ausencia. Ausencia que no deja de ser, de alguna manera, cómplice con el régimen que se quebraba en ese entonces y que muy bien puede justificar sus comentarios favorables al dictador. Es preciso que la juventud esté alerta y continúen con las iniciativas que buscan efectivizar el legítimo derecho de expresión. Definitivamente, no nos pueden callar.

La estrategia del miedo, como afirma Pablo Dávalos, “nos coloca a todos como sospechosos que debemos demostrar nuestra inocencia; se convierte a la crítica en acto de disidencia que implica la conversión en enemigos a destruir bajo la cobertura y legitimidad del discurso del terrorismo”. Esto precisamente ha pasado con Melisa, joven detenida, acusada de terrorismo en la frontera norte del Perú, después de haber participado de un evento internacional en el país vecino. En este caso, salta claramente la doctrina de Bush referida al “que no está con nosotros, necesariamente esta en nuestra contra” y de la que el Sr. García al parecer está haciendo eco. Con ello busca paralizar, inmovilizar, destruir las solidaridades sociales, obligar al anonimato y a la autocensura. Pero esto, no es más que un volver a la página de los noventa, la misma que muchos no queremos se vuelva a escribir sobre nuestros hombros. El impedirlo va a depender mucho de la atención que los/as ciudadanos/as pongamos en ello, sobre todo los y las jóvenes que ya han empezado a demostrar que, la estrategia del miedo lanzada por el gobierno, no los amilana al momento de defender la democracia y por ende el respeto a los legítimos derechos de las personas consagrados en nuestra Constitución e instrumentos internacionales.

viernes, 11 de abril de 2008

VIEJOS Y NUEVOS PARADIGMAS DE LA JUVENTUD

El título de este artículo es de propiedad del Centro Ñariwalac y con él convocó a diversos jóvenes, varones y mujeres, de organizaciones, instituciones involucradas en el tema juvenil y público en general para debatir las viejas y nuevas formas de entender a los y las jóvenes de nuestra región. Lamentablemente, para variar, me perdí el evento, pero no quería dejar pasar por alto la oportunidad de aportar y de esta forma, continuar la discusión que sin lugar a dudas, no termina con el evento, por el contrario, se ha dado inicio a uno de los temas más apasionantes y aún pendientes en la agenda regional y las agendas locales: las juventudes, dónde están, qué hacen, cómo las entendemos y cómo se entienden ellas frente a los desafíos que se les presentan sobre todo a la hora de intervenir en mejorar la calidad de vida.

Una de las muy viejas formas de entender a las juventudes es la mal llamada etapa de preparación, en la que el/la joven tiene la obligación de llenarse de conocimientos y saberes que la/lo hagan apto para asumir responsabilidades. Reacciones como “tú no estás preparado” “tienes mucho que aprender muchacho” “no desperdicies tu juventud” responden a este paradigma. Lo lamentable de este forma de entender y ver a los y las jóvenes, es que los/as coloca al margen de cualquier decisión y responsabilidad, dejando para los que “si están preparados” toda tarea. Sin embargo, es evidente que tanto jóvenes como adultos, varones y mujeres, tenemos mucho que aprender cada día y que quienes dicen estar preparados/as, en desmedro de los jóvenes, es eso, un decir. Si lo de su aptitud fuera real, el panorama regional y local no se presentara tan lamentable como lo está actualmente, sobre todo para los y las jóvenes.

Un segundo paradigma, muy común por cierto, en la formas de intervención del Gobierno Regional y de muchas Municipalidades, es ver al joven y la joven como problema o lo que Ernesto Rodríguez llama “grupo de riesgo”. Es interesante participar en una asamblea en la que adultos, incluidos algunos/as chicos/as, discuten el tema juvenil. Las propuestas que inmediatamente se plantean son de índole represivas, de reinserción y ayuda social. Todas ellas visualizan a las juventudes como las causantes de todos los males sociales en cuanta localidad existan: drogas, alcoholismo, pandillas, robos, pobreza, etc. Ante ello, organicémosle talleres de danzas, academias de todo tipo, talleres para todos los gustos, y sobre todo, no los perdamos de vista y dupliquemos el resguardo sobre ellos/as. Este lente con el que se mira a los jóvenes no hace más que centrar su mirada en una minoría de ellas y olvidarse de aquellos/as, que son mayoría, que son posibilidad para nuestro desarrollo local y regional. Por otro lado, lo más grave de este enfoque, es que terminamos calificando al joven y la joven como problema y de esta manera eliminarlos/as de la escena atentando contra lo más valioso: su dignidad humana.

Un tercer paradigma que podemos señalar, es el de ver a los/as jóvenes como sujetos de derechos. Desde esta mirada, siguiendo a Rodríguez, “se asume que las y los jóvenes son - ante todo - ciudadanos y ciudadanas y tienen - por ello – un conjunto de derechos cuya vigencia debe ser asegurada. Sin embargo, también este enfoque evidencia limitaciones relevantes, en la medida que promueve la participación de las y los jóvenes sólo como otro derecho sin hacer una lectura rigurosa de las eventuales contribuciones que los y las jóvenes puedan hacer a la sociedad a la que pertenecen”.

Un nuevo paradigma está, hoy por hoy, tomando fuerza y es el que ha nacido de la práctica participativa de los jóvenes en sus comunidades, barrios, escuelas y demás espacios: jóvenes actores estratégicos del desarrollo. Enfoque que sin desconocer los ya mencionados, lo que busca es enfatizar el aporte de las chicas y chicos a la sociedad, asumir su capacidad y disponibilidad y sobre todo, expresar su visión y forma de entender el mundo, que no necesariamente va a coincidir, en el estilo, pero si en el fondo, con lo “normalmente aceptado”. Este es el nuevo paradigma desde el cual, la sociedad en su conjunto, tiene que ver a las juventudes de todos los ámbitos. Desde luego, queda pendiente el aporte desde esta columna, al respecto.

JUVENTUD, TENSIONES Y PARADOJAS

Según Pierre Bourdieu, la juventud “no sería más que una palabra: creación social para definir un período etario que debiera cumplir, en nuestra época, con ciertas expectativas, pero que no siempre ha sido tratado como un actor social tematizable”. Esta percepción de Pierre, respecto a los y las jóvenes, es muy notoria en el país y por ende en Piura. Ellos/as enfrentan un sin número de tensiones y paradojas que es importante identificar para darnos cuenta del gran potencial que significan para la región y en la que se les ha relegado, imposibilitándolas en su protagonismo para el desarrollo.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y La Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ) en su informe del 2004, daba cuenta de estas tensiones y paradojas que enfrentan los y las jóvenes. Una primera es que, si bien las juventudes de hoy gozan de más acceso a educación, a diferencia de las de antes, no por ello tienen mayor acceso al empleo, por el contrario, las juventudes presentan elevados índices de desempleo y sub empleo. Junto a esta primera, describe ocho más que es importante señalar:

1. Los y las jóvenes de hoy gozan de más acceso a información pero no tienen posibilidad de acceder al poder.

2. En relación a la autonomía, las juventudes tiene mayores expectativas, la desean y la buscan, pero se encuentran con tantas limitaciones que se les hace casi imposible efectivizarla.

3. En cuanto a políticas públicas y el cambio social, los y las jóvenes juegan el doble rol de receptores/as y protagonistas.

4. Respecto a la salud, si bien están mejor provistos, son menos reconocidos en su morbimortalidad específica como drogas, accidentes, ETS, VHSIDA y no existe un sistema de salud integrado que pueda atender esta problemática.

5. Los y las jóvenes son más dóciles y móviles, al mismo tiempo que son más afectados por trayectorias migratorias tanto al interior del país como fuera de él.

6. Las juventudes de hoy parecen ser más aptas para el cambio productivo, pero más excluidos de este, visualizado en la ausencia de una transferencia de los adultos hacia ellos.

7. Hoy los y las jóvenes han entrado a un elevado consumo simbólico (mundo virtual, ecuación formal, comunicaciones, etc) pero se encuentran más restringidos/as en el consumo material debido a la pobreza en la que se encuentran.

8. Fuerte autodeterminación y protagonismo, en relación a determinados espacios y temas, (diversión, relación de pareja, deporte, etc) pero existe una enorme precariedad y desmovilización en relación a ser sujetos de derechos y actores políticos.

Estas contradicciones que enfrentan los y las jóvenes tendrán que ser ellos mismos quienes decidan y opten por superarlas, no olvidando, en palabras de Kofi Annan, que son: “fuente de creatividad, energía e iniciativa, de dinamismo y renovación social. Que aprenden con rapidez y se adaptan con facilidad”. Siguiendo a Annan, los adultos y sobre todo quienes están en la posibilidad de implementar política a favor de ellos/as, tenemos que acabar por entender que: “si se les da la oportunidad de ir a la escuela y de encontrar trabajo, contribuirán enormemente al desarrollo económico y al progreso social. Si no conseguimos darles esas oportunidades, en el mejor de los casos seremos cómplices de un desperdicio imperdonable de potencial humano. Y en el peor, contribuiremos a todos los males de una juventud sin esperanza: la desmoralización y unas vidas que son socialmente improductivas y potencialmente destructivas, para los propios individuos, las comunidades e incluso los frágiles sistemas democráticos.”

lunes, 3 de marzo de 2008

CONCEJO MUNICPAL, CAOS Y ALTERNATIVA

He tenido conversaciones con un sin número de amigos/as en relación al comportamiento público de quienes actualmente conforman el Concejo Municipal de Piura (CMP). Todos ellos, sin excepción, coinciden en desaprobar la actual gestión y sobre todo su comportamiento. Al parecer, regidores, alcalde y su delegada, no acaban de entender que han sido elegidos para hacer efectivo el desarrollo de cada uno de los piuranos y piuranas. Por el contrario, se han empeñado en hacer de la comuna un escenario de gladiadores, un cuadrilátero de boxeo, un talk show del poder. Y en honor a la verdad, a la honestidad y respeto al pueblo que los eligió, ninguno/a de ellos/as debe exigir la dieta por dichas sesiones que no son más que una réplica de peleas callejeras merecedoras del repudio popular. ¡Vaya forma de llamar la atención!

Tales actitudes son inadmisibles, mucho más cuando el objetivo es alcanzar progreso y desarrollo para Piura dentro del contexto de la globalización que vivimos y en el que ser competitivo es una exigencia ineludible para evitar el fracaso. Para lograr competitividad necesitamos desarrollar y practicar un conjunto de capacidades, destrezas y habilidades que contribuirán a responder exitosamente a las demandas del mundo globalizado. Una de dichas competencias es sin duda el manejo tecnológico que permitirá responder a las exigencias de este mundo globalizado. Así mismo, requerimos de aprender a aprender, es decir, formación continua. Quizá, el CMP, pueda asentir en tener ambas capacidades. Sin embargo, existe una tercera competencia como las habilidades sociales, indispensables para el éxito de cualquier proyecto de desarrollo local, institucional, familiar o individual en el mundo de la globalización o de manera más cercana, para el éxito de cualquier sesión.

· Capacidad de trabajar en equipo. Dejar de pensar en términos como “mi comisión”, “mi area”, “mi oficina”, “mi equipo”, “mi comité”. Por el contrario, optar por una actitud inclusiva, más del nosotros, con el otro. Terminar por asumir que todos/as nos conectamos con todos/as. Que el/la otro/a, más que un obstáculo, es un/a aliado/a y amigo/a que de una u otra manera puede contribuir al logro de los objetivos.
· Liderazgo. Entendido no como la capacidad de ir delante del grupo y manipularlo al servicio exclusivo de mis intereses, por el contrario, aquel liderazgo que gusta mucho de consensuar y consultar, en el que la impecabilidad ética y la vocación de servicio se desparrama como rocío por los demás y son únicos principios de la autoridad.
· Habilidades comunicacionales por las que puedo expresar lo que pienso y siento sin llegar a ofender o hacer sentir ofendido a mi interlocutor. Eso pasa por entender que en cualquier conflicto lo que se busca es siempre resolver un problema y no atacar a la persona. Saber diferenciar entre personas y problemas.
· Otra habilidad social es aquella que hace referencia a la conducta proactiva, aquella que, ante las dificultades y problemas, busca encontrar soluciones y alternativas más que profundizar y sobredimensionar la problemática.

No cabe duda que competencias como estás están lejos de ser una realidad en el CMP y de otros en el país. Por el contrario, por la forma de actuar y expresarse, el pleno está empeñado en contribuir con el caos de la ciudad, la pobreza que nuestra gente, la inseguridad que mantiene en vela, el colapso de los servicios de agua y desagüe. Sencillamente están perdiendo un tiempo valiosísimo e irrecuperable para convertirse en los auténticos protagonistas del desarrollo piurano, para lo que realmente han sido elegidos y sin duda, la mejor forma de llamar la atención. (Publicado el 27 de enero del 2008, en Diario El Tiempo).

PIEDRA EL TORO, BELLEZA Y ENCANTO NATURAL

Nuestro país y el mundo entero vive un acelerado proceso de desertificación. El calentamiento global y la tala irracional de los bosques son sus principales causas, lo que obliga, más que nunca, a promover y asegurar zonas de conservación ambiental como bosques, lagunas, ríos, montañas, como principales pulmones que el planeta necesita. Morropón no ha querido ser indiferente, es por ello que los vecinos del Caserío Piedra del Toro, en coordinación con el Gobierno Local y ONGs se han propuesto preservar su Bosque Seco que de un tiempo acá se ha convertido en el orgullo de la tierra del tondero.

El deseo de conocer, sentir y por ende querer más a esta reserva, de las pocas que hay en la región, motivó a diversos grupos de jóvenes morropanos a emprender la ruta que conduce a Piedra del Toro y adentrarse en la majestuosidad de su Bosque Seco. Con mochila al hombro y sonrisa en los labios, jóvenes y regidores emprendieron la marcha hacia el santuario de más de 30 especies de árboles y una variedad de aves, seguros que con ello no hacen más que promover el desarrollo sostenible.

La ruta a Piedra del Toro.

El tramo de Morropón a Piedra del Toro tomó una hora aproximadamente. En el recorrido hemos sido testigos privilegiados de la frescura del aire y el olor inconfundible de la tierra húmeda; de los hermosos paisajes conjugados de pequeña agricultura, pastoreo de ganado, vuelo de las aves, el rugir del río La Gallega y desde luego, la compañía majestuosa del Bosque Seco.

Recorrido del bosque seco.

En el caserío nos recibieron sus autoridades: Teniente Gobernador, Agente Municipal y el Presidente del Comité de manejo del Bosque Seco, quines, con mucho entusiasmo agradecieron nuestra visita y brindaron el servicio de guías para recorrer el orgullo de su pueblo: las 764 ha de Bosque Seco que con gran esfuerzo, cariño y perseverancia han logrado conservar.

Sin más preámbulos, divididos en tres grupos, emprendimos camino al Bosque. Allí quedamos impresionados por los imponentes Hualtacos, los majestuosos Ceibos, los macizos Algarrobos y Faiques, Overales que empiezan a llenarse de hojas a causa de las primeras lluvias, bancos de Cactus, retorcidos Charanes, Palos Santos con su fragancia contagiosa. Desde luego, las Chiscas, los Chilalos, las Urracas, los Chiclones y un sin número de aves merodeaban a nuestro alrededor como auscultando si representábamos una posible amenaza, aunque saben que el bosque en que viven es zona de conservación y protección y se sienten a salvo. En ese estado de éxtasis por tanta belleza, don Agusto Pintando, no hace poner los pelos de punta y la piel de gallina: “más arriba vive el puma”. Todos nos miramos. Agusto, al percibir nuestro temor, nos consuela: “no se preocupen, no se aparecerá”.

Agusto, nos comenta con entusiasmo y esperanza los grandes esfuerzos que ha costado conservar el Bosque: “líos con la gente que no entendía que debían dejar de talar” “empresa y comerciantes de madera, la hemos sufrido”. Señalando un Hualtaco nos describe lo que hubiera sucedido de no haber apostado por la conservación: “Seguro que ya no estuviera allí”.

Terminada nuestra travesía por el Bosque y después de degustar la deliciosa y espumante chicha, nada mejor para reponer fuerzas que un chapuzón en las frescas aguas de La Gallega. Allí se armó el carnaval juvenil: “tírala al agua”, “mójalo”, “agárralo”, y el turismo interno continuó hasta estar de vuelta en Morropón y dejar unos centavos en los bolsillos de quienes apuestan por vivir del bosque.

Si gusta visitar, lo que tiene que hacer es ir al Terminal de Castilla, abordar los buses con dirección a Morropón. Una vez allí, la ruta a Piedra el Toro la puede hacer caminado o en mototaxi. Atrévase a conocer Morropón, su belleza y encantos naturales.

BUENAS PRACTICAS PARA EL DESARROLLO

Una de las grandes preocupaciones a la que estemos asistiendo en estos últimos tiempos es lo que hoy llamamos el calentamiento global, fenómeno cuyas consecuencias ya estamos sufriendo: desertificación, deshielos, variaciones en el clima, incendios forestales, sequías, etc. La lista es grande, así como grande la preocupación de algunos y la indiferencia de la inmensa mayoría de los/as habitantes del globo. Desde luego, nuestro país no podía escapar a los efectos de este calentamiento. Según estudios de la Universidad de Ohio, el Quelccaya, el glaciar tropical más grande del mundo, presenta un retroceso de sesenta metros anuales, lo que implica su mayor disminución en 5.000 años. Así mismo, esta semana, nos informaban que el Pastoruri, el nevado más importante de la cordillera blanca, acaba de quebrarse. De esta manera, los efectos del calentamiento global avanzan y amenazan la vida en la tierra.

Lo sorprendente de este calentamiento, es que no se debe a “caprichos” naturales, tampoco al azar, ni muchos menos al castigo divino o al cumplimiento de los signos escatológicos. Sus causas están relacionadas directamente a las acciones de cada una de las personas del planeta. Está en quienes hemos adoptado malas prácticas en la satisfacción de nuestras necesidades que nos llevan a explotar nuestra naturaleza de manera irracional, terminando por contaminar la poca agua dulce que hay, el aire que respiramos, los suelos que trabajamos y cualquier lugar en el que nos movemos. Existen tan malas prácticas en la forma de relacionarnos con nuestro entorno que no dudamos en votar la basura en el lugar que se nos antoje sin medir consecuencias, talar árboles sin importar el daño ecológico que causamos, quemar los pocos bosques que tenemos. En fin, son las propias manos de quienes vivimos en este mundo las que se están encargando de acabar con él.

Estas mismas manos tienen aún la posibilidad de remediar la situación. Muy bien haríamos, en solidaridad con las futuras generaciones, por cambiar estas malas prácticas por unas buenas prácticas mediante las cuales satisfacer nuestras necesidades sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones que vienen. Eso pasa por entender que podemos vivir en armonía y respeto con nuestra naturaleza que nos alimenta. Una buena práctica, por muy pequeña que sea, contribuye a revertir el problema del calentamiento global. Podemos empezar, por ejemplo, por dejar de tirar los papeles al piso, mantener limpias nuestras calles, embellecer nuestros pueblos cuidando sus jardines, aplicar técnicas de riego que nos permitan aprovechar mejor el agua, cambiar pesticidas y herbicidas por abonos y foliares orgánicos, disminuir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. Las experiencias de buenas prácticas son muchas y variadas, ¿cuál es su buena práctica amigo/a lector/a?.

Una buena práctica, en definitiva, es una acción concreta, innovadora, que promueve el desarrollo bajo criterios de rentabilidad económica, aprovechamiento social, sostenibilidad ambiental y responsabilidad ética. Criterios que muy bien podemos aplicar en la satisfacción de nuestras necesidades en las fiestas de fin de año. Qué mejor celebración navideña o recepción del nuevo año que contribuyendo con la salvación del planeta, a ejemplo de Jesús, que no dudó en morir por salvarnos.

JUVENTUD Y POLÍTICA



Muchos jóvenes son indiferentes a involucrarse en política. A otros les interesa, pero se resisten a involucrarse en ella, pues no quieren asumir esa mala imagen que tiene la política en nuestro país, convertida en sinónimo de corrupción, demagogia, tarjetazo, incompetencia, descaro, etc. Vargas Llosa, describía muy bien, en El pez en el agua, ese estilo decepcionante de hacer política: “la política real, no aquella que se lee y escribe, se piensa y se imagina,… sino la que se vive y practica día a día, tiene poco que ver con las ideas, los valores y la imaginación, con las visiones teleológicas – la sociedad ideal que quisiéramos construir- y, para decirlo con crudeza, con la generosidad, la solidaridad y el idealismo. Esta hecha casi exclusivamente de maniobras, intrigas, conspiraciones, pactos, paranoias, traiciones, mucho cálculo, no poco cinismo y toda clase de malabares. Por que el político profesional, sea de centro, de izquierda o de derecha, lo que en verdad lo moviliza, excita y mantiene en actividad es el poder: llegar a él, quedarse en él o volver a ocuparlo cuanto antes. Hay excepciones desde luego, pero son eso, excepciones. Mucho políticos empiezan animados por sentimientos altruistas – cambiar la sociedad, conseguir la justicia, impulsar el desarrollo, moralizar la vida pública -, pero, en esa práctica menuda y pedestre que es la política diaria, esos hermosos objetivos van dejando de serlo, se vuelven meros tópicos de discursos y declaraciones – de esa persona pública que adquieren y que termina por volverlos casi indiferenciables – y al final, lo que prevalece en ellos es el apetito crudo y a veces inconmensurable de poder. Quien no es capaz de sentir esa atracción casi obsesiva, casi física, por el poder, difícilmente llega a ser un político exitoso”.

Es precisamente este panorama el que provoca, tomando palabras de Pedro Casaldáliga, “una actitud de desconfianza, de desprecio y hasta de indignación frente a la política”. Pero lo que en realidad el escritor de La ciudad y los perros nos describe, es la “seudo política reinante en el poder, en el lucro, en el privilegio”. Es precisamente esta seudo política la que los y las jóvenes están llamados a combatir desde sus propios principios, desde un auténtico ejercicio ciudadano para dar paso a la política como un ejercicio de “amor, celebración diaria de una convivencia verdaderamente humana. Una política fraterna. Un culto diario a la humanidad”.

Los jóvenes no debemos olvidar lo que Emmanuel Mounier decía: “Todo es político, aunque lo político no lo sea todo” así como la afirmación categórica de Fabio Gonder: “Fuera de la política no hay salvación”. Por lo que se equivocan los y las jóvenes que desean escabullirse de la política. Ello equivale sencillamente a perder la oportunidad de aportar para superar y combatir, desde adentro, las características de la seudo política y hacer de nuestro país un lugar con mayor justicia, equidad, con mejores condiciones para todos y todas, trabajando por el verdadero objetivo de la política: el bien común. Para lograrlo, la mejor estrategia, es entrar en bloque, en mancha juvenil. Lo contrario se corre el riesgo de terminar replicando las actitudes de quienes se han encargado de dar la fama que la política tiene y de los que ya, en nuestra región, tenemos algunos casos. El momento es adecuado, ahora que se escuchan voces de candidaturas, muchas de las cuales ya nos han demostrado que con ellas no pasa nada y que han hecho de la política un medio para su opulencia y llave para su caja fuerte.

Entramos, o seguimos indiferentes y con ello, sirviendo a los seudo políticos que abundan en el país y en nuestra región.




Publicado en Diario El Tiempo El 17 de febrero del 2008.

PERU, PAIS MEGADIVERSO Y MEGADESIGUAL


Nuestro país se encuentra entre los cinco primeros lugares de los 10 países más megadiversos del planeta. Las razones para ese sitial es que en el Perú contamos con uno de los mayores centros de recursos genéticos del mundo; Un aproximado de 25 000 especies de plantas de las cuales 4 500 son de uso conocido. Poseemos 462 especies de mamíferos, 1815 de aves, 395 de reptiles; 403 de anfibios; 2 000 de peces; y 4 000 de mariposas. Además, este paraíso llamado Perú, posee 66 millones de hectáreas de bosques, de las cuales un aproximado de 17 millones son áreas protegidas considerados uno de los principales pulmones de la humanidad. Contamos además con 84 ecosistemas, 7 tipos de suelo, el mayor número de microclimas del mundo (28) y el 5% de agua que existe en el planeta distribuida en 91 cuencas hidrográficas y 12 mil lagunas, glaciares y cochas. Lamentablemente, esta megadiversidad actualmente es motivo de preocupación ya que le asisten problemas de salinización en su costa, deshielo en sus cordilleras, deforestación agresiva e irresponsable en la selva, así como la contaminación de 16 de los 53 ríos de la costa por relaves mineros y la tan lamentable mala práctica de los/as peruanos de arrojar la basura a los ríos.

Pero si nos gloriamos de ser un país eminentemente megadiverso, muy rico en recursos naturales, es lamentable que esta riqueza no sea aprovechada por los gobiernos para revertir el 42% de pobreza en la que está inmersa la población peruana. Según el Sr. Alan García, el único camino para aprovecharla es entregándola a las trasnacionales. El argumento: solo ellas poseen capital “fresco” y generan divisas que el país necesita para superar precisamente esta pobreza. Nada más falso y más lejano de la realidad. La experiencia de las privatizaciones y concesiones en el Perú, a pesar de todos los incentivos, lo único que han logrado es agrandar la brecha entre los pocos (10% aproximadamente) que poseen más de 80% de la recursos del país, frente a ese 90% que viven con el restante 15%. Por ello, es común encontrar en nuestro país a comunidades enteras que viven con menos de 180 soles al mes frente a empresas que perciben ganancias de más de 2500 millones de dólares anuales. Una diferencia abismal, escandalosa y denunciable. Una terrible megadesigualdad que contradice nuestra rica megadiversidad.

En vez de pensar en vender y entregar nuestros recursos, ¿por qué no optar por una política de apoyo a la inversión local, a la pequeña industria nacional? Empezar a promover y fortalecer las iniciativas de aprovechamiento de los recursos naturales que existen en las comunidades. Experiencias como la exportación de café orgánico por los productores de nuestra sierra, la exportación de mango ecológico y cerámica de Chulucanas, la comercialización del banano orgánico, los econegocios de mermeladas, miel de abeja, panela granulada, no hacen más que demostrar que el camino para superar la pobreza está en el protagonismo productivo de los/as propios/as productores/as quienes son lo que en primer orden tienen el derecho y deber de aprovechar la megadiversidad de sus tierras. Precisamente, estos pequeños y medianos productores no cuentan para la agenda de quien actualmente tiene un 28% de aprobación, por el contrario, para él, quien busca promoverlos y defender sus intereses inmediatamente es comunista, trasnochado, perro del hortelano. Como dicen los jóvenes, no la ve y peor aún, no la quieren ver o se hace el loco y quiere hacer creer que no hay dinero en el país. Pero si no lo hay, es momento de empezar la tan prometida reforma tributaria para lograr que las grandes empresas tributen efectivamente y no esperar que den solo limosnas voluntarias.(Artículo publicado, domingo 02 de diciembre del 2007)