Nuestro país y el mundo entero vive un acelerado proceso de desertificación. El calentamiento global y la tala irracional de los bosques son sus principales causas, lo que obliga, más que nunca, a promover y asegurar zonas de conservación ambiental como bosques, lagunas, ríos, montañas, como principales pulmones que el planeta necesita. Morropón no ha querido ser indiferente, es por ello que los vecinos del Caserío Piedra del Toro, en coordinación con el Gobierno Local y ONGs se han propuesto preservar su Bosque Seco que de un tiempo acá se ha convertido en el orgullo de la tierra del tondero.
El deseo de conocer, sentir y por ende querer más a esta reserva, de las pocas que hay en la región, motivó a diversos grupos de jóvenes morropanos a emprender la ruta que conduce a Piedra del Toro y adentrarse en la majestuosidad de su Bosque Seco. Con mochila al hombro y sonrisa en los labios, jóvenes y regidores emprendieron la marcha hacia el santuario de más de 30 especies de árboles y una variedad de aves, seguros que con ello no hacen más que promover el desarrollo sostenible.
La ruta a Piedra del Toro.
El tramo de Morropón a Piedra del Toro tomó una hora aproximadamente. En el recorrido hemos sido testigos privilegiados de la frescura del aire y el olor inconfundible de la tierra húmeda; de los hermosos paisajes conjugados de pequeña agricultura, pastoreo de ganado, vuelo de las aves, el rugir del río La Gallega y desde luego, la compañía majestuosa del Bosque Seco.
Recorrido del bosque seco.
En el caserío nos recibieron sus autoridades: Teniente Gobernador, Agente Municipal y el Presidente del Comité de manejo del Bosque Seco, quines, con mucho entusiasmo agradecieron nuestra visita y brindaron el servicio de guías para recorrer el orgullo de su pueblo: las 764 ha de Bosque Seco que con gran esfuerzo, cariño y perseverancia han logrado conservar.
Sin más preámbulos, divididos en tres grupos, emprendimos camino al Bosque. Allí quedamos impresionados por los imponentes Hualtacos, los majestuosos Ceibos, los macizos Algarrobos y Faiques, Overales que empiezan a llenarse de hojas a causa de las primeras lluvias, bancos de Cactus, retorcidos Charanes, Palos Santos con su fragancia contagiosa. Desde luego, las Chiscas, los Chilalos, las Urracas, los Chiclones y un sin número de aves merodeaban a nuestro alrededor como auscultando si representábamos una posible amenaza, aunque saben que el bosque en que viven es zona de conservación y protección y se sienten a salvo. En ese estado de éxtasis por tanta belleza, don Agusto Pintando, no hace poner los pelos de punta y la piel de gallina: “más arriba vive el puma”. Todos nos miramos. Agusto, al percibir nuestro temor, nos consuela: “no se preocupen, no se aparecerá”.
Agusto, nos comenta con entusiasmo y esperanza los grandes esfuerzos que ha costado conservar el Bosque: “líos con la gente que no entendía que debían dejar de talar” “empresa y comerciantes de madera, la hemos sufrido”. Señalando un Hualtaco nos describe lo que hubiera sucedido de no haber apostado por la conservación: “Seguro que ya no estuviera allí”.
Terminada nuestra travesía por el Bosque y después de degustar la deliciosa y espumante chicha, nada mejor para reponer fuerzas que un chapuzón en las frescas aguas de La Gallega. Allí se armó el carnaval juvenil: “tírala al agua”, “mójalo”, “agárralo”, y el turismo interno continuó hasta estar de vuelta en Morropón y dejar unos centavos en los bolsillos de quienes apuestan por vivir del bosque.
Si gusta visitar, lo que tiene que hacer es ir al Terminal de Castilla, abordar los buses con dirección a Morropón. Una vez allí, la ruta a Piedra el Toro la puede hacer caminado o en mototaxi. Atrévase a conocer Morropón, su belleza y encantos naturales.
lunes, 3 de marzo de 2008
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