He tenido conversaciones con un sin número de amigos/as en relación al comportamiento público de quienes actualmente conforman el Concejo Municipal de Piura (CMP). Todos ellos, sin excepción, coinciden en desaprobar la actual gestión y sobre todo su comportamiento. Al parecer, regidores, alcalde y su delegada, no acaban de entender que han sido elegidos para hacer efectivo el desarrollo de cada uno de los piuranos y piuranas. Por el contrario, se han empeñado en hacer de la comuna un escenario de gladiadores, un cuadrilátero de boxeo, un talk show del poder. Y en honor a la verdad, a la honestidad y respeto al pueblo que los eligió, ninguno/a de ellos/as debe exigir la dieta por dichas sesiones que no son más que una réplica de peleas callejeras merecedoras del repudio popular. ¡Vaya forma de llamar la atención!
Tales actitudes son inadmisibles, mucho más cuando el objetivo es alcanzar progreso y desarrollo para Piura dentro del contexto de la globalización que vivimos y en el que ser competitivo es una exigencia ineludible para evitar el fracaso. Para lograr competitividad necesitamos desarrollar y practicar un conjunto de capacidades, destrezas y habilidades que contribuirán a responder exitosamente a las demandas del mundo globalizado. Una de dichas competencias es sin duda el manejo tecnológico que permitirá responder a las exigencias de este mundo globalizado. Así mismo, requerimos de aprender a aprender, es decir, formación continua. Quizá, el CMP, pueda asentir en tener ambas capacidades. Sin embargo, existe una tercera competencia como las habilidades sociales, indispensables para el éxito de cualquier proyecto de desarrollo local, institucional, familiar o individual en el mundo de la globalización o de manera más cercana, para el éxito de cualquier sesión.
· Capacidad de trabajar en equipo. Dejar de pensar en términos como “mi comisión”, “mi area”, “mi oficina”, “mi equipo”, “mi comité”. Por el contrario, optar por una actitud inclusiva, más del nosotros, con el otro. Terminar por asumir que todos/as nos conectamos con todos/as. Que el/la otro/a, más que un obstáculo, es un/a aliado/a y amigo/a que de una u otra manera puede contribuir al logro de los objetivos.
· Liderazgo. Entendido no como la capacidad de ir delante del grupo y manipularlo al servicio exclusivo de mis intereses, por el contrario, aquel liderazgo que gusta mucho de consensuar y consultar, en el que la impecabilidad ética y la vocación de servicio se desparrama como rocío por los demás y son únicos principios de la autoridad.
· Habilidades comunicacionales por las que puedo expresar lo que pienso y siento sin llegar a ofender o hacer sentir ofendido a mi interlocutor. Eso pasa por entender que en cualquier conflicto lo que se busca es siempre resolver un problema y no atacar a la persona. Saber diferenciar entre personas y problemas.
· Otra habilidad social es aquella que hace referencia a la conducta proactiva, aquella que, ante las dificultades y problemas, busca encontrar soluciones y alternativas más que profundizar y sobredimensionar la problemática.
No cabe duda que competencias como estás están lejos de ser una realidad en el CMP y de otros en el país. Por el contrario, por la forma de actuar y expresarse, el pleno está empeñado en contribuir con el caos de la ciudad, la pobreza que nuestra gente, la inseguridad que mantiene en vela, el colapso de los servicios de agua y desagüe. Sencillamente están perdiendo un tiempo valiosísimo e irrecuperable para convertirse en los auténticos protagonistas del desarrollo piurano, para lo que realmente han sido elegidos y sin duda, la mejor forma de llamar la atención. (Publicado el 27 de enero del 2008, en Diario El Tiempo).
Tales actitudes son inadmisibles, mucho más cuando el objetivo es alcanzar progreso y desarrollo para Piura dentro del contexto de la globalización que vivimos y en el que ser competitivo es una exigencia ineludible para evitar el fracaso. Para lograr competitividad necesitamos desarrollar y practicar un conjunto de capacidades, destrezas y habilidades que contribuirán a responder exitosamente a las demandas del mundo globalizado. Una de dichas competencias es sin duda el manejo tecnológico que permitirá responder a las exigencias de este mundo globalizado. Así mismo, requerimos de aprender a aprender, es decir, formación continua. Quizá, el CMP, pueda asentir en tener ambas capacidades. Sin embargo, existe una tercera competencia como las habilidades sociales, indispensables para el éxito de cualquier proyecto de desarrollo local, institucional, familiar o individual en el mundo de la globalización o de manera más cercana, para el éxito de cualquier sesión.
· Capacidad de trabajar en equipo. Dejar de pensar en términos como “mi comisión”, “mi area”, “mi oficina”, “mi equipo”, “mi comité”. Por el contrario, optar por una actitud inclusiva, más del nosotros, con el otro. Terminar por asumir que todos/as nos conectamos con todos/as. Que el/la otro/a, más que un obstáculo, es un/a aliado/a y amigo/a que de una u otra manera puede contribuir al logro de los objetivos.
· Liderazgo. Entendido no como la capacidad de ir delante del grupo y manipularlo al servicio exclusivo de mis intereses, por el contrario, aquel liderazgo que gusta mucho de consensuar y consultar, en el que la impecabilidad ética y la vocación de servicio se desparrama como rocío por los demás y son únicos principios de la autoridad.
· Habilidades comunicacionales por las que puedo expresar lo que pienso y siento sin llegar a ofender o hacer sentir ofendido a mi interlocutor. Eso pasa por entender que en cualquier conflicto lo que se busca es siempre resolver un problema y no atacar a la persona. Saber diferenciar entre personas y problemas.
· Otra habilidad social es aquella que hace referencia a la conducta proactiva, aquella que, ante las dificultades y problemas, busca encontrar soluciones y alternativas más que profundizar y sobredimensionar la problemática.
No cabe duda que competencias como estás están lejos de ser una realidad en el CMP y de otros en el país. Por el contrario, por la forma de actuar y expresarse, el pleno está empeñado en contribuir con el caos de la ciudad, la pobreza que nuestra gente, la inseguridad que mantiene en vela, el colapso de los servicios de agua y desagüe. Sencillamente están perdiendo un tiempo valiosísimo e irrecuperable para convertirse en los auténticos protagonistas del desarrollo piurano, para lo que realmente han sido elegidos y sin duda, la mejor forma de llamar la atención. (Publicado el 27 de enero del 2008, en Diario El Tiempo).