miércoles, 27 de agosto de 2008

HOMBRES QUE RENUNCIAN A SU VIOLENCIA


Muchas varones no nos reconocemos como sujetos que ejercemos violencia en nuestro hogar: “Nunca le he pegado a mi esposa” dicen unos, “en mi casa todo marcha tranquilo, llevamos la fiesta en paz” aluden otros. Otros por el contrario, reconocen haber ejercido alguna vez violencia pero, a su entender, es cosa del pasado, “actualmente he superado mi violencia” y un buen grupo alude que la violenta es de la mujer pues ella empieza con sus gritos no dejándoles ninguna opción para calmarla que “obligándolos a meterle su chiquita” En cada uno de estos casos, lo que habría que preguntarnos es a qué llamamos violencia o que acciones y actitudes consideramos como violentas y porqué es que nuestra pareja “nos provoca”.

Violencia no es solo presencia de golpes o maltrato físico. La violencia es el ejercicio del poder mediante el uso de la fuerza que puede ser física, sexual, verbal, emocional, económica, que afecta de manera negativa la integridad física o psicológica de la otra persona o de una colectividad. La violencia busca dañar emocionalmente a la persona, porque la desgasta y le quita su poder de sobrevivir, para que exista se tiene que dar un desnivel de poder entre quien ejerce la violencia y quien es violentado/a, de arriba hacia abajo, es decir se tienen que dar condiciones de posibilidad.

La violencia tenemos que diferenciarla de la agresividad. Esta última es un recurso instintivo de todo ser vivo que le permite preservar la vida, resistir o enfrentar un medio adverso que le impide satisfacer sus necesidades básicas, es por ello que cuando decimos que es la mujer la que nos “provoca”, en realidad lo que ella está demostrando es su agresividad, ese instinto que reclama la satisfacción de una necesidad vital: afecto, libertad, cariño, consideración, respeto, alimento. En cambio la violencia no solo representa un conjunto de agresiones, por más que produzca daño físico o psicológico a quien lo recibe, sino que estas agresiones tienen una intencionalidad, la de controlar, intimidar y someter al otro.

Las causas de la violencia son varias y variadas entre las que podemos mencionar la gama de creencias y mitos que se han construida en la sociedad respecto a varones y mujeres. Creencias como aquella que el varón es superior a la mujer y la mujer es propiedad del varón contribuye a que muchos varones lleguen a creer que pueden hacer con ella lo que quieran, incluso violentarla. Esta “superioridad” ha llevado al varón a estar siempre a la defensiva, de ahí que cada vez que se presenta diferencias entre él y la mujer, la única manera de hacer “respetar su superioridad” es mediante la violencia.

Por otro lado está la construcción social de la masculinidad que le ha llevado a reprimir determinados sentimientos naturales en él y reforzar otros que a la mujer le son negados. Así nos encontramos que los sentimientos permitidos para los varones son la ira y la hostilidad. No les está permitido socialmente tener miedo, dolor, afecto, vergüenza, ternura, deseo de ser protegido pues la sociedad ha destinado estos como exclusivos de la mujer. Entonces cuando se presentan estos sentimientos que son muy naturales en el ser humano, los varones los reprimimos y muchas veces los confundimos y expresamos a través de aquellos permitidos o a través del ejercicio de la violencia.

Desde esta visión tenemos que preguntarnos: ¿Es posible no usar la violencia, incluyendo la emocional, en una sociedad machista y que discrimina a la mujer?. Desde el Programa de Hombres que Renuncian a su Violencia (PHRSV) decimos que si es posible, pues la violencia no es algo biológico, natural al ser humano, por el contrario la hemos aprendido y quienes la ejercen no hacen más que replicar aprendizajes inculcados desde la niñez a través del ejemplo de sus padres y de la sociedad en su conjunto. Entonces lo que tenemos que hacer es empezar a desaprenderla y cambiar nuestro estilo de ser varones. Este cambio pasa en primer lugar por que nosotros los varones reconozcamos que ejercemos violencia y responsabilizarnos de ella. Pasa por entender y comprometernos en aprender a resolver nuestros conflictos de manera no violenta y por sobre todo pasa por que renunciemos a nuestra posición de autoridad y privilegios que tenemos los varones por actitudes igualitarias entre varones y mujeres, en fidelidad a nuestros sentimientos y no según la construcción que la sociedad ha hecho de nuestra masculinidad. En definitiva, se trata de ser menos hombres, más humanos.

jueves, 14 de agosto de 2008

JOVENES EMPRENDEDORES



Piura se caracteriza por ser una de las regiones más ricas del país en recursos naturales. Destacan abundantes especies marinas en nuestro litoral, bosques secos, de montaña y neblina a lo largo de sus 35, 892.49 km2. Hermosas playas en la costa, misteriosas lagunas en la sierra, una variada fauna sobre un rico suelo que es irrigado por vertientes de agua que se deslizan desde las alturas y que tiene condiciones óptimas para la producción de especies tan reconocidas a nivel nacional e internacional: mango, limón, papaya, cacao, granadilla, lúcuma, banano orgánico, café, etc. Es precisamente la riqueza del suelo piurano que, sumado a las favorables condiciones climáticas, ha motivado a muchos campesinos a apostar por la llamada reconversión productiva; incorporación de nuevos cultivos con nuevas formas y estilos de producción. En definitiva, nuestra región es una gran suma de potencialidades y posibilidades a nivel de recursos naturales, que sumados a la delicia de nuestra cocina la hacen atractiva y apta para gente emprendedora. Gente con nueva visión y desde luego, entre ellos, mi apuesta es por los y las jóvenes de la región uno de los sectores más afectados por el desempleo y la pobreza y que muy bien pueden aprovechar estas potencialidades para revertir su situación.
Pero, ¿qué significa o como identificar a un emprendedor?. Lo primero que habría que señalar es que un/a emprendedor/a se diferencia del conformista, aquel que prefiere esperar conseguir “alguito”, “esperar” que alguien le ofrezca algo, le den la oportunidad para no dejarla pasar. Lamentablemente, muchos de nuestros/as jóvenes han sido o están siendo formados con esta tendencia. Por el contrario, el emprendedor es aquel que asume determinadas actitudes al momento diseñar su estrategia para conseguir ingresos y satisfacer sus necesidades. A continuación algunas.

- Desarrolla sus capacidades para percibir las tendencias actuales. Es decir, invertir en capital conocimiento e información para lo cual aprovecha los diversos espacios que existen (talleres, fórum, cursos, conferencias, etc) de forma que se provee de conocimientos e información necesarios para poder advertir e interpretar los procesos locales, nacionales y globales en el ámbito social, económico y político.

- Fruto de su inversión en conocimiento e información, es la capacidad para identificar las oportunidades que el entorno y contorno le ofrecen para hacerse de ellas y por ende generar sus ingresos.

- Iniciativa para asumir riesgos. Hacer frente a la adversidad y no amilanarse ante ella. Arriesgar, no como sinónimo de irresponsabilidad si no como acto de confianza en sus capacidades y habilidades que le permiten asegurar el éxito. No dejar de hacer algo por temor a fracasar, por el contrario, tener seguridad que se van alcanzar las metas propuestas.

- Crea empresa propia. Supera el conformismo que se mencionaba arriba y opta por generar su propio negocio, considerando que cualquier iniciativa empresarial de su parte, bajo las condiciones en las que se encuentra, de ninguna manera podrá ser llamado pequeño negocio sino, por el contrario, gran empresa de un genial emprendedor/a.
Por tanto, creo que no equivocarme en afirmar que Piura es para los y las jóvenes emprendedores/as que no dudan en plantear iniciativas innovadores en el aprovechamiento sostenible de sus inmensas potencialidades.

MAESTRO FORJADOR DE HUMANIDAD


En una ocasión facilité un taller a maestros/as sobre un tema, de por si, desafiante: Resolución de Conflictos. En dicho evento, lo primero que salto a la vista fueron las “broncas” a flor de piel entre los y las docentes. Lo lamentable de todo fue que la gran mayoría de ellos/as creían que no había solución alguna a las diferencias o “malos entendidos” que se daban. Por otro lado, un reducido número no dudaban en agotar esfuerzos para contribuir en la superación de estos conflictos. Precisamente, el taller, estaba convocado en este marco. Pero este esfuerzo, se percibía como una afrenta por parte de los que en este tipo de problemas solemos denominar los “santurrones”. En definitiva, el panorama mostraba claramente las actitudes poco asertivas de maestros/as para el manejo de sus conflictos que, sin duda, afecta, tanto su rendimiento académico como el aprovechamiento óptimo por parte de los alumnos/as.

Situaciones como esta, es común encontrarlas en otras Instituciones Educativas. Ante ello, me permito precisar, siguiendo a un prototipo de la Educación Chilena, la poeta, Gabriela Mistral, algunos principios claves que determinarán, por el lado del maestro, la calidad y eficacia de los conocimientos que trasmite y asegurar, en definitiva, el desarrollo humano de niños/as, adolescentes, jóvenes, así como la realización humana del propio docente.

Una de las primeras consideraciones fundamentales para Mistral es que el y la docente debe caracterizarse por su infinito AMOR hacia quien enseña, que la lleva a concluir: si no puedes amar mucho no enseñes a niños/as. Le sigue a este criterio aquel que apuesta por “SIMPLIFICAR las cosas pero sin restarle esencia”, sin duda, una cualidad que tiene relación directa con el desarrollo de metodologías para trasmitir conocimientos, pero sin complicar, innecesariamente, la vida de los/as alumnos/as.

Una tercera consideración hace referencia a la INSISTENCIA, repetir como la naturaleza repite las especies hasta alcanzar la perfección, es decir, insiste las veces que sea necesario a fin de alcanzar los resultados esperados. Pero la exigencia del insistir tiene que ir acompañada con una enseñanza con intención de HERMOSURA, porque la hermosura es madre.

Sin duda que para ser un maestro/a de la excelencia, una actitud fundamental es ser FERVOROSO/A y llevar fuego en el corazón que permita encender lámparas. Esto hará posible la sexta característica de un maestro/a excelente: VIVIFICAR LA CLASE de tal manera que cada lección sea viva como un ser, a igual que los alumnos/as. Por otro lado, es fundamental recordar aquel principio filosófico que nadie da lo que no tiene, por ello el CULTIVARSE es de suma importante, solo ello permitirá dar en la medida que se tiene; da mucho quien mucho tiene. Si a este le sumamos el recordar siempre que el oficio de maestro/a es ante todo un SERVICIO divino que buscar contribuir al desarrollo íntegro de la persona y de ninguna manera considerarlo solo y únicamente como una simple mercancía,

Sin duda que para alcanzar todos estos criterios, el maestro/a tiene que tener una apuesta por la reflexión, mirar ANTES su corazón, ver si está puro antes de cada lección, con la firme convicción de PENSAR que es Dios, para aquellos que creemos, o la fidelidad a la razón, a la dignidad humana y al conocimiento, para quienes no creen en El, quien los ha colocado en tan alto privilegio de crear el mundo de mañana.

No cabe duda que al interior del magisterio hay mucho por hacer para revertir y/o manejar situaciones como la señalada al inicio. Frente a ellas, no debemos ser pesimistas y pensar que no hay alternativas para superarla. Por el contrario, si las hay y sería un paso gigante si se toma la firme decisión de asumir los diez criterios que nos propone la ganadora del premio Nóbel de literatura en 1945 y sin duda alcanzar plenitud en aquello que hacemos: forjadores de humanidad.


Artículo publicado en Diario El Tiempo, 03 de agosto del 2008.